13 de diciembre de 2012

Vamos a contar mentiras tralará, vamos a contar mentiras...

Esa canción siempre me ha recordado a ti, y por eso creo que es mi favorita de todas las canciones infantiles que he escuchado. 
Me cuesta bastante escribir y hablar de esto; ahora puedo derramar lágrimas tranquilamente sin que nadie intente tranquilizarme, pero cuando nos referimos a ti a pesar de tener un enorme nudo en la garganta intento controlarme. Tengo la sensación de que soy la única que te sigue echando de menos. Me da tantísima rabia ver que los demás han aprendido a vivir sin TÚ; Supongo que se acordarán pero es como si hubiesen pasado página. Y tú sabes perfectamente cómo me siento; sabes que no pasa un día sin que mire tu foto porque no quiero olvidarme ni de una arruga de tu cara; que no pasa un día sin que haga algún comentario sobre ti, lo sabes... porque me ves desde allí arriba, porque te siento aquí conmigo. (Ufff, no puedo ni escribir con estos lagrimones...)

No hace falta que juegues con la luz del salón todas las noches a la misma hora; ni que te "aparezcas" en el pasillo para que el gato te mire (creo que es el único junto con el perro que pueden verte), no hace falta porque yo no te olvido. Porque has sido una de las personas más importantes de mi vida, y porque siempre vas a estar en ella. Porque Santander me recuerda a ti, tu pasión por el mar, tus historias de la guerra; esa cinta que grabamos cuando yo era pequeña en la que tú me hacías preguntas y yo respondía; los tangos en especial, "la cumparsita"; tus sopas de ajo; tus herramientas que aún andan por casa; tus despertadores; los "alcagüeses", el parque del Retiro con las ardillas; la cabalgata de Reyes; el olor a castañas asadas; el ratro de Madrid; esa típica zapatería de la puerta del Sol; el estaño que siempre estabas fundiendo; tu gusto por el baile; Elvis; el mercado Maravillas del que siempre venías cargado con una bolsa enorme; los columpios del parque cuando me decías: "a volar!" mientras me empujabas; tu intento por modernizarte, adorabas internet y las nuevas tecnologías; los documentales de animales, cómo te gustaban, te pasabas el día viéndolos; Tu asombrosa memoria para recordar las 1.500 direcciones en donde habías vivido por España, y por supuesto las anécdotas de cada lugar. Y así podría seguir y seguir diciendo "cosas" que hacen que en mi día a día te tenga muy presente.

"Ahora que vamos despacio,
Ahora que vamos despacio,
Vamos a contar mentiras, Tralará
Vamos a contar mentiras, Tralará
Vamos a contar mentiras."
 
La mayor de ellas es que he pasado página.



Tú, mi abuelo, formas parte de la hoja más bonita del libro de mi vida.

2 comentarios:

  1. Me encanta leer la pasión de ciertas personas que son capaces de plasmar con tanta fidelidad sentimientos tan intensos. Debe ser difícil escribir todo eso que uno siente por alguien con tan buen criterio y acierto...
    Beso

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  2. Te aseguro que cuando se siente algo así, tan grande por alguien las palabras salen solas; no hacen falta borradores ni pensar en el texto, sólo pensar en la persona y dejar que fluya.

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Madrileñéame

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