Reencuentros

Por qué nadie habla de reencuentros; siempre se habla de despedidas, y de toda la tristeza que ello conlleva. Pero digo yo que será mejor escribir de algo tan bonito como un reencuentro; sensación de nervios, horas de espera, minutos, cosquilleo en el estómago, las manos frías, la sonrisa que se te escapa cuando ves a esa persona, esas primeras palabras, ese abrazo que te pega todos los trozos que tenías rotos por dentro, esa sensación de seguridad-plenitud, ese "por favor, no te vuelvas a ir", ese "te he echado tanto de menos...", y lo mejor, ese café que llevabas tantísimo tiempo esperando, por fin ya lo tienes!

Contando las horas..."sentir que este invierno se acaba"

Levantarse con resaca de ti...

Hay días en los que aunque te hayas levantado con el pie derecho; no sirve. Aunque hayas echado todos tus rezos; no sirve. Sabes que no va a ser un buen día. Porque es lunes, porque llueve, porque echas de menos a tus mejores amigos (sí, tú que estás en la otra parte del mundo enseñando a los guiris cómo se hace un buen vino, y tú, mi niña, que aunque París esté a la vuelta de la esquina, sigue habiendo demasiados kilómetros que impiden tomarnos ese café...); días de mierda, como el de hoy, en el que para rematar la faena, quien mejor te cae de la oficina te dice que tampoco irá a la cena de Navidad... días en los que no ves nada claro; pero sobre todo días en los que me levanto con resaca de ti... y eso sí que es una putada.