...Aquellas mañanas frías de invierno con la faldita del uniforme en la puerta del colegio; salir de clase corriendo porque echaban mi serie favorita; los sábados que nos juntábamos toda la familia en casa de los abuelos; las excursiones a la sierra con los primos; las nocheviejas en las que el abuelo me hacía cantar para darme "el aguinaldo"; cuando íbamos a la Plaza Mayor para comprar bromas; el viaje de fin de curso a Italia; mi primer día de carrera cuando conocí a mis chatinas; un fin de semana de abril de hace casi seis años donde nos encontramos; los paseos diarios por el Retiro con el abuelo, que íbamos a dar de comer a las ardillas; esos momentos de reflexión; las procesiones de Semana Santa del pueblo; aquel cumpleaños en que me llevaron a un concierto; el día que aterrizamos en Liverpool; la primera nochevieja que salía por la noche; el día que monté en catamarán; aquella semana de multiaventura con el colegio; mi primera tarde-noche de fiesta en Fun!; cuando el abuelo me llevaba a las cabalgatas de Reyes en la Puerta de Alcalá; las últimas vacaciones en Mallorca con los abuelos; mi mes en Niza; el día que aprendimos a esquiar; las vacaciones a Londres; las noches surrealistas en Calpe; el día que conocí a Turco; el San Roque con Patri; aquella tarde junto a las alpahacas; los findes en Ávila con los del cole; nuestra representación de la Berbena de La Paloma; cuando mis niños vinieron a verme a Gales; la primera boda de una amiga; el día que nació mi hermano; cuando me compré mi coche...
Pero el mejor recuerdo que me llevo de todas las semanas, es verte cada sábado sonreír...
Es hermoso. Y tan real que pareciera que nos metemos en recuerdos que ni son nuestros.
ResponderEliminarMuchos besos.